La política de precios Cuidados es buena, la de precios Máximos es pésima.

Son dos cosas distintas
– Precios Cuidados- y -Precios Máximos-, y a veces escucho hasta funcionarios, que no lo
entienden.

Esta semana, Cecilia Todesca, actual vicejefa de Gabinete de Ministros; quiso desconocer la existencia de esta diferencia, y allí me terminé de preocupar.

Precios Cuidados, es importante, porque preserva una lista de productos de la canasta básica de alimentos, para sectores populares.

En cambio, la política de Precios Máximos, la cuál se implementó a partir de marzo por la emergencia, pone en riesgo una gran cantidad de empresas de nuestra cadena agro alimentaria. En general, también de las empresas alimenticias, cómo las más competitivas de la economía argentina.

Este artificio de Precios Máximos, aumentó el mercado informal, de los productos alimenticios. Nuestras empresas no pueden competir, pues este Gobierno fijó, una serie de precios que han quedado totalmente desvirtuados. Y allí, ganan los que trabajan en el mercado irregular e
informal.

Congelaron los precios y aumentó el dólar oficial más del 30%, las materias primas más del 50% y en algunos casos; los precios de logística y salarios cerca del 30%.

Además, hay que agregarle el costo del COVID, por la gran cantidad de trabajadores que tuvieron que entrar en licencia.

Las grandes empresas argentinas que trabajan en blanco, con seguimiento fiscal y previsional permanente; y que soportan presiones tributarias del 37% en alimentos, y cerca del 50% en bebidas; están comprometiendo seriamente sus actividades.

Esta falta de criterio del Gobierno Nacional conduce a:

Mayor economía en negro.
Desabastecimiento.
Baja de calidad en productos y empresas.

Finalmente, además de afectar a la producción de alimentos, la suba de las materias primas, ni siquiera benefician en forma sustancial a nuestros productores agropecuarios. Pues la suba de algunos de ellos, como el maíz o el trigo, se ven limitados por un dólar oficial subvaluado y una presión tributaria enorme, que comienza con las retenciones.

En síntesis, como ya se ha hecho costumbre con esta política del Gobierno Nacional, sólo se promueve la evasión y la anomia.